sábado, 27 de agosto de 2022

Escribo de vuelta I

Sinceramente no pensé que la vida me arrojaría a volver a escribir, o quizás no en este momento. Re-leo lo que escribí hace meses-años y no puedo evitar sentir que me engañé con tanta confianza en lo que venía ¿confíe en lo que debía? en quién debía, o tal vez nada de esto se trataba de confiar, ni comunicar, ni amar sin condiciones. Se trataba de que un día podía cambiar todo e independiente de mi trabajo y mi corazón me encontré sola en medio de la calle, desorientada, aferrada a una mano que no respondía, intentando caminar por noticias y resultados, intervenciones y clínicas, cargando también con la decepción del abandono. Me veo de pie, de todas formas, a través de todo, como si fuera un envase vacío en la playa, que resiste el azote del viento en contra y la amenaza de las gaviotas. No sé cuánto me está costando esto, no sé realmente como estoy, no sé como toda la ternura se convirtió en miedo, no sé cuándo dejaré de odiar el sentir que todo fue en el peor momento, no sé si perdonar o vivir recordando que tanto tiempo de mi vida se fue cuando más pequeña y vulnerable me vi, fingiendo siempre estar entera, inflexible, infatigable. Quisiera poder contarles a todos como me siento, gritar que estoy aquí con todo esto encima, que merezco que el mundo sea más suave, requiero algo de justicia, como si el mundo fuera justo, y me hablara nuevamente de amor, de cariño, y envolviera esta situación azulada en un manto de extrema delicadez. Cuando más quise sentirme abrazada y cuidada me quitaron las frazadas y me piden que baile y cante, y sea buena conmigo misma, y sea mayor, me sepa cuidar, pueda poner límites, aprenda a manejar, cocinar, y me concentre en lo bueno. Hasta yo me pido que este escrito sea ejemplar, sea bueno, de calidad, como si pudiera volverme extraordinaria en poco tiempo, como si mis emociones no pudieran derramarse en algo que no tenga una forma definida. Me siento triste, por las canciones que ya no puedo volver a escuchar, por los libros que no soy capaz de tomar, por las fotos repartidas en la habitación que tengo que tapar, por los regalos que empezaré a borrar. Más aún por el futuro escrito que pensé sería nuestro. No puede ser fácil, no puedo hacerlo bien, en calma.