domingo, 20 de diciembre de 2020

Los culpables

los signos que distingo no me dicen nada,
si pudiera tropezar, estaría más tranquila, 
si fuera en realidad una memoria, 
una melodía. 
Ni el fracaso sienta bien cuando no es tan verdadero,
te siento cerca mío. 
y ni siquiera te quiero. 
Y me da por repetir a oscuras el canto, 
sagrado, sangrando y no estoy en mi cuarto. 
Lo malo es interés de los ricos,
la esperanza es mentira para no morirnos, 
mientras vemos como la tierra es suya,
los puertos les pertenecen, 
y mientras el agua envejece,
también es suya.
Y me da por repetir, a oscuras la promesa,
de dejarnos vivas, 
de liberar presas,
de tomar como nuestro lo robado,
de recordarte niña,
que fuimos niñas, 
en ese caluroso verano, 
en donde el pantalón pegado a las pantorrillas, 
era el miedo de no salir solas, 
de no traspasar las orillas.

Y en mi ruego me estremezco, 
porque no tengo a quien rogarle,
porque dios es de ellos, 
dios es de los culpables.