lunes, 9 de marzo de 2020

No nos dejamos ser felices, nos anteponemos a la amargura y recordamos que las cosas se hacen por deber, y no por cariño. Si fuera una niña persiguiendo un volantín, si fuéramos todos el gato que duerme donde se le da la gana, si no me sintiera tan frustrada. Quizás hubiera sido buena en algo. Quizás no escribiría como ahora, podría haber dado frutos en otro árbol, aprendería a desenvolverme de otra manera en el espacio terrible de las letras. Sin ocupar: sin embargo, al contrario, por lo tanto, en torno a este tema, bajo esta perspectiva, en esta investigación. Estaría recordando las palabras que suenan bien y le dan significados a  los sentimientos: melodía, melaza, sustancia, ambivalente. Trabajaría con los sentimientos, llegando al punto más hondo del sinsentido, de la abstracción, de la emoción cuando uno escribe desde el alma, cuando un cantante llora en su canción o un autor cuenta una historia personal para olvidar el daño. Sería pobre, pero tendría un alma. Ahora soy pobre, y siento rabia.