lunes, 20 de enero de 2020


Tendría que volver a encontrarte entre tantos, en el mar de gente que recorre la Alameda y dobla sin mirar hacia alguna calle atestada. Tendría que aprender a decir otro nombre en la noche cuando a tientas siento un miedo infundado al futuro, sería tan confuso comenzar, así sin tiempo, a deshacer franja por franja el presente y comprarme otro futuro, cuando tú sabes lo difícil que es la revolución, y cuánto me cuestan los cambios. Tendría que olvidar mi cerebro como te veías cuando sonreias porque me amabas, hace tanto tiempo.
Y yo volvería a ser una niña pequeña, a la cuál el sol quemaba, tendría que volver a esconderme en libros con historias mejores que la mía, o mejores que lo que podría escribir, y me abrazaría el mar cuando pensara en lo perdido, y me hundiría en sus corrientes pensando en el mal. Y sería alguien sería y taciturna, pero te prometo que lo tendría todo, porque no tendría nada y podría volverme loca sin hacerte daño, y podría estar triste sin preocuparte y podría morirme, así, sin tanto espanto.