lunes, 20 de enero de 2020

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Brujita brujita, ¿puedes decirme que hiciste con el tiempo? Ayer te vi sana y fuerte mirando la vida con orgullo, hoy día la magia nos pasó la cuenta y pareciera que el pecho está por estallar. Tanto así que tenemos que salir al frío a recordar que hay algo más que la quema que se eleva por dentro del estómago y el corazón. Y se siente así, un calor exorbitante por dentro y el frío moderado en la piel, que no traspasa las otras capas, que no llega hasta los organos y yo pequeña pero tan grande quiero que me congele entera, pensando en que esa es mi salvación. ¿quiero estar sola o quiero estar feliz? Temerle al temor, recoger la mugre y seguir con ella, confiar en confiar, confiar en nada, no temerle al temor pero sentir de todas formas el miedo, a ser este monstruo del mar, oscuro, con distintas formas, tirado en un océano profundo que está lleno de bolsas de plástico, de algún metal, y nadar como si supiera, esconderme y fugarme, las dos cosas a la vez, pensando que algo me extrañará, que podría mi vida ser más que un residuo que vuelva cuando el viento sopla, y tienes que flotar en un aire pestilente, corroído, venenoso, sin poder elegir una dirección que tomar, monstruo de mar, residuo en el aire ¿Existe diferencia? Brujita, te perdí hace mucho, me dejaste en el mar o yo te dejé en el aire, y ahora no sé si existes, no sé si te convertí en mí o si simplemente paseas en el mundo de otros, en un cuento que no te haga sentir tan mal como el mío. Pero somos espejos distintos, como cuando te miras en una cuchara o cuando te ves en un cucharón, no eres la misma silueta, no somos el mismo espejo, ya no estamos, brujita, maga, hechicera, ágata, alana, Helena, corazón. Ya no estamos más de fiesta, estamos alabando la justicia, buscando alguna razón.