viernes, 8 de abril de 2011

contando los sueños perdidos.

Acabo de llegar, acabo de mirar el reloj, acabo de observar, acabo de contener las lágrimas.

Es como cuando esos días que deberían ser normales se vuelven agotadores, quizás no es nada es particular, quizás es todo junto, quizás son cosas pequeñas y tontas, pero que dé una u otra forma me hacen reflexionar. Estoy cansada, y eso me afecta tanto emocional como físicamente, y es algo que veo todo los días, no sólo en mí, también en los que me rodean.
Dependo en gran parte de los demás, es tan simple como que para tomar sólo una micro necesitas que otra persona realice bien su trabajo, y si esa persona no lo hace, te afecta a ti, pero no debo olvidar que esas personas también son simples peones, que dependen de un poderoso, poderosos como esos de los que Chile está lleno, esos que gobiernan para "el pueblo" cuando ni siquiera saben lo que significa ser un ciudadano con un sueldo menor al millón de pesos. Y luego pasa una cosa que se suma a la otra y ODIO ver como el alrededor es tan indigno, ver cómo una persona en condiciones desfavorables en todo sentido, es víctima de un sistema que no funciona, ¡y que a nadie le importa si lo hace! que desperdicio.

hoy fui víctima del asqueroso sistema de educación, salud y transporte.