lunes, 21 de julio de 2014

Adarga.

No sigas, soñé con perros muertos.
No tomes como tuyo lo que no es ni del viento
Ni de la tierrA, ni mía soy.
Lloramos incontables veces en las escaleras-mágicas veces-porque el mundo se estaba acabando y yo no tenía nada de años, se acababa el agua, desaparecía el mar y la sensación de volver allí se precipitaba y llenaba los vasos. Destrucción finisecular, todo lo tomado en el trayecto
 se concentra
                                                                                                            se encuentra
                                                                                                            se cree perdido
porque nos educan para perder, agachar la cabeza y decir estoy de acuerdo, no sabes cuánto estoy de acuerdo y me muero de ser como me dices que sea, no quiero tomarte, no quiero tomarte y dejarte las veces que quiera, no quiero amar como los pájaros, quiero ser libre sólo dentro de vuestros parámetros y condenarme a una absurda soledad, siendo que estamos hechos para tener compañía, para disfrutar del cuerpo, del vino y del mar. Lloré incontables veces en la escalera porque el mundo se estaba acabando y yo así, sólo en palabras, sólo en la inconformidad del papel escribo que estoy acabada, porque ya no hay roca que se pueda mover.