miércoles, 5 de mayo de 2010

Superficial.

Son las 12:15 de la tarde, se levanta con su bata en la cual su nombre está escrito, lee el periódico para informarse de sus negocios, llama a su empleada para que le sirva el desayuno mientras el se va a dar una ducha, va a su baño que es del porte de una mediagua que esta dentro de su mansión. Reclama porque el agua no sale a la perfección. Se viste. Trata de crear un chiste racista para contárselo a sus superficiales amistades, sale a su patio, toma desayuno, le grita en la cara a su empleada lo miserable que es (según él) ya que no le pudo servir el té lo suficientemente caliente como a él le gusta. Llama a sus mimados hijos para darles su mesada una mínima cantidad para él, $100.000 y les recuerda que no deben juntarse con aquellos niños que quedaron en aquel colegio caro solo por becas. Luego va hacia su trabajo, en la empresa crea una nueva forma para pagarle menos a sus empleados y hacerlos trabajar más, después de todo esos pobres humanos están en sus manos. Vuelve a su casa bastante cansado. Ahora todo es más difícil allá, en su trabajo desde que crearon "los derechos del tabajador".
Se recuesta en su sillón mientras ve la televisión, se enoja porque hay personas que ayudan a los indigentes, mientras él piensa que "ellos deberían trabajar, como todas las personas, los encuentra flojos". Luego se va a la cama, la cena no fue muy rica, "falto el pavo". Pero piensa que mañana será un mejor día.

Que difícil su vida.