viernes, 30 de abril de 2010

Monito de palo.


Caminaba por una montaña blanca, creo que estaba perdido.
con cada paso que daba su animo disminuía un poco más, y las montañas blancas parecían interminables, tras una había otra tras la otra había otra y bla bla...
miró algo parecido a un reloj que estaba amarrado a su muñeca, pero el reloj no marcaba ninguna hora, más desesperado aún, aquel insignificante humano miraba a su alrededor pidiendo auxilio, pero no había nada, sólo montañas.
Cuando un humano como aquel que estaba perdido, se siente solo, busca el remedio más fácil, echarle la culpa a la gente, diciendo que nadie lo supo apreciar.
Nuestro amigo seguía avanzando, sin esperanza alguna de salir de aquel lugar. Volvió a mirar el reloj que ahora marcaba las 0 hrs (o:) en su muñeca habían distintos colores, morados, negros, rojos, azules, cada uno representaba algo, algo que ya había olvidado pero de seguro eran cosas que habían marcado su vida, su vida que ahora no tenia sentido pues sabia que si no podía salir de ahí moriría.
Ya estaba más que cansado cuando decidió sentarse en una montaña pequeña y al hacerlo se dio cuenta que la montaña se mezclaba con su cuerpo, de un segundo a otro ya no era un insignificante humano, era un dibujo, era blanco y más bien parecido a un "monito de palo" pero en estas circunstancias ya nada lo asombraba así que aceptó su nueva condición. No tenía nada que hacer ,así que pensó, pensó sobre todo lo que jamás había pensado. ¿Sabia lo que era el amor? ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué estaba solo? ¿ Porque no se acordaba de lo que había pasado años atrás? Su memoria era demasiado frágil y le era difícil aceptar que había olvidado amistades, amores y rencores. No había sido la peor persona del mundo, pero estaba solo y era por su culpa, por sus actitudes, porque había sido superficial, materialista indiferente y desconfiado. Nunca agradeció un te quiero, nunca regaló sonrisas cuando la gente las necesitaba, le importaban los regalos, no un Te amo. Defectos tenemos todos, pero aquel desgraciado monito de palo nunca los había intentado corregir sino que seguía en los errores día tras día.
¿De que le servía darse cuenta AHORA de todo esto? ¿ Que podía hacer? Sólo un impulso lo llevo a que su dibujado rostro se llenara de lágrimas. Llorar no da la solución a nada, pero ayuda bastante, se limpia el alma, se botan las tristezas y ese nudo en la garganta desaparece. Ahora se había dado cuenta de muchas cosas, que le hubiera encantado cambiar & seguia llorando inevitablemente.

Sin que él se diera cuenta un corazón de un rojo fuerte se dibujo en su pecho.
Sobresalía entre todo lo blanco. Y en cosa de 1 segundo el insignificante hombre de palo desaparecio de aquel lugar...