lunes, 5 de mayo de 2014

Hace un rato me estuve preguntando a donde mierda vamos, y si vamos a algún lado ¿vale la miserable pena ir? Me cuesta un enorme esfuerzo separarme de lo que he comenzado a querer, de lo que he agregado a mis costumbres, pero me siento nadie, tan nadie que podría irme lejos en este preciso instante, cambiarme de casa, de colegio, de ciudad, ir a parar a cualquier parte, donde no se sepa nada, no haya problemática ni dificultad.
QUE UNO DEBE SER FELIZ, CON SÓLO UN POCO DE ESFUERZO.