domingo, 18 de noviembre de 2012

Me gustaría acostarme en las grietas de ese cemento agotado, el mínimo cuadrado que está entre las plantas y la asadera, ahí el viento corre más fuerte y queda ese olor a la comida de la mañana, al vino, la carne, el choclo y las demás ensaladas. Se tiene ese clima tan enigmático, se tiene la arena ahí, aunque estemos lejos, el mar, aunque estemos lejos, el rocío, aunque estemos lejos. En esa playa sabes que estás en la playa, no se te olvida por ningún segundo, en cualquier lugar, aunque sea encerrada viendo la televisión o leyendo algo. Y me gusta pero sola, sola, completamente sola, para estirar el cuerpo, dejar el pelo, ensuciar la ropa, cantar algo, quizás hablarme.