miércoles, 19 de septiembre de 2012

Hay a muchos que la historia les da igual...

He abierto una verdad en función de otra-como diría un matemático- La primera verdad, que es MI verdad, pues no la declaro universal si no total y completamente mía, es que somos muy ingenuos, quizás es la piedra más grande en el zapato. "Quemaron un bus del transantiago, van a dejar sin micros a los trabajadores." Mamá, las empresas de transporte te roban casi $700 pesos todos los días, de ida y vuelta de un trabajo asqueroso, y pesado mientras que andas 20 minutos entre 50 personas que no caben en un espacio reducido, o mientras esperas silenciosamente la micro durante media hora tragándote la rabia que puedes sentir al saber que en lugar de llegar a las 9 a la casa vas a llegar un cuarto para las diez. Esas empresas son las mismas que algunos quieren quemar, y nosotros, en nuestra ignorancia e ingenuidad, descargamos nuestra soberbia contra ellos, argumentando que están actuando mal, pasando por alto, lo mal que actúan las grandes cabezas de las grandes empresas de las grandes familias de esta puta sociedad. 
    La segunda verdad, que reitero, es MI verdad, se resume en una frase: El tirano manda, porque el esclavo  obedece. Y esta ley aplica para mi curso y mi colegio, obedecemos al pie de la letra, como si todo estuviera escrito y la pena capital, de estar condicional un semestre, sea lo peor que nos podría pasar, algo equivalente a que nos cortes un brazo, una pierna, o asalten a nuestro papá. A veces me gustaría ahondar completamente en estas criaturas, para localizar el núcleo del error-como diría un biólogo(o si quieren un químico)- y el centro de su problema, de su miedo o de su completa falta de interés frente a lo que viven, su frialdad ante las peores realidades e injusticias, los peores oídos sordos, sordos, sordos.
 Las palabras no son palabras sino hasta que cobran sentido en una acción-como diría un humanista- y eso, es lo que me molestó hoy, que las palabras se quedaron en nada.