sábado, 3 de septiembre de 2011

sólo por intuición.



Dos felinos colgaban de sus orejas y paseaban disfrutando del aire fresco que la embriagaba hasta el último pensamiento. Ni ella sabe cómo fue a parar a su mente un recuerdo apagado y casi incinerado de su última luna llena, cuando un montón de personas le gritaron al oído que estaba cambiando caminos sólo por intuición. ¿Sólo por intuición? para ella era más que eso, no podía ponerse a bailar hip hop cuando su corazón bailaba rock and roll. Pero ahora, lejos de las ataduras y esas tantas melodías amargas, decidió buscar su libertad, esa que la hacía ser quién era, esa libertad de no aferrarse a nada, libertad en su estado más natural. Entonces con un profundo respiro soltó todas las cadenas y las lanzó al fuego, fuego que quema, y como puede quemar sus recuerdos, puede quemar sus males.